Un nuevo análisis de los pigmentos utilizados en el Codex Rossanensis, un manuscrito bizantino del siglo VI, ha revelado un dato sorprendente: fueron procesados con orina.
El Codex Rossanensis es un manuscrito iluminado que contiene textos religiosos y fue creado en el Monasterio de Santa María del Patir, en la región de Calabria, Italia. Este manuscrito ha sido objeto de estudio durante años debido a su belleza y a su importancia histórica, pero hasta ahora se desconocía el tipo de pigmentos utilizados en su elaboración.
Un equipo de investigadores liderado por la profesora Cecilia Frosinini, de la Universidad de Florencia, ha llevado a cabo un exhaustivo análisis de los pigmentos presentes en el Codex Rossanensis. Para sorpresa de todos, descubrieron que algunos de los pigmentos rojos y morados fueron procesados utilizando orina.
Según los investigadores, en la antigüedad se solían utilizar distintas sustancias orgánicas para crear pigmentos, ya que no existían los productos químicos modernos. La orina era una de esas sustancias, ya que contiene amoníaco, un compuesto que puede ser utilizado para fijar y estabilizar los pigmentos.
Este hallazgo ha generado sorpresa entre la comunidad científica y ha provocado un debate sobre las prácticas de los artistas en la antigüedad. Aunque pueda resultar chocante pensar en la utilización de orina en la creación de obras de arte, los pigmentos obtenidos de esta manera han demostrado ser duraderos y de gran calidad.
El Codex Rossanensis no es el único manuscrito antiguo en el que se ha encontrado la presencia de pigmentos procesados con orina. Otros estudios han revelado que esta práctica era común en la Edad Media y en la Antigüedad, cuando los artistas debían recurrir a métodos poco convencionales para obtener los colores necesarios en sus obras.
Este descubrimiento nos recuerda la importancia de preservar y estudiar el patrimonio artístico y cultural, ya que cada obra de arte puede revelar secretos y detalles fascinantes sobre la historia y las técnicas utilizadas por los artistas del pasado. El Codex Rossanensis, con sus pigmentos procesados con orina, es un ejemplo de cómo la creatividad y la innovación han sido parte fundamental de la historia del arte.