El Parque Lineal La Línea en la ciudad de Santiago, Chile, es considerado el parque más largo y estrecho del mundo. Con una extensión de aproximadamente 3.5 kilómetros de largo y solo 3 metros de ancho, este parque sorprende a propios y extraños por su peculiar diseño y aprovechamiento del espacio disponible.
La historia detrás de La Línea se remonta a finales del siglo XIX, cuando se construyó una pequeña línea de ferrocarril que conectaba diferentes puntos de la ciudad. Con el paso de los años, la desaparición del ferrocarril dio lugar a un espacio abandonado y en desuso que, en la década de los 90, fue transformado en un parque lineal como parte de un proyecto de revitalización urbana.
A lo largo de La Línea, los visitantes pueden disfrutar de una amplia variedad de actividades al aire libre, como ciclismo, senderismo, y yoga. Además, el parque cuenta con áreas verdes, bancos, fuentes y obras de arte urbano que embellecen su estrecho recorrido.
A pesar de su reducido tamaño, La Línea se ha convertido en un punto de encuentro y recreación para los habitantes de Santiago, quienes aprovechan cada rincón del parque para disfrutar de un momento de tranquilidad en medio del ajetreo de la ciudad.
La Línea es un ejemplo de cómo es posible transformar espacios abandonados en lugares de esparcimiento y convivencia para la comunidad. Su diseño innovador y su integración en el entorno urbano lo convierten en una joya arquitectónica y paisajística que vale la pena visitar.
En definitiva, el Parque Lineal La Línea en Santiago, Chile, es un lugar único en el mundo que demuestra que, con creatividad y voluntad, es posible aprovechar cada centímetro de espacio disponible para crear un entorno urbano más amigable y sostenible.
